lunes, octubre 1

Nuestro lider Rodrigo.


Casa para el curado de tabaco- Pinar del Rio
Cuba 
Según dicen nuestra tierra da el mejor tabaco del mundo y algo de razón deben de tener los que lo afirman. Fumarse un buen habano es símbolo de poder y para muchos de nostalgia.

En estos días la necesidad de mitigar el costo de este mal hábito me ha hecho entrar en la nueva corriente existente en España de fabricar los cigarrillos en casa. No es la primera vez que lo hago, allí en la Habana  ya tuvimos experiencia en ello. Con una maquinita artesanal de madera  construida por el abuelo pasábamos las tardes en la mesa de la cocina liando cigarros. Aquí ahora en España las casas de tabaco te ofrecen unas sencillas pero a la vez muy cómodas máquinas para ello. El ahorro es considerable pudiendo llegar hasta los tres euros por cajetilla que para un fumador moderado pueden representar más de 100 euros mensuales.

Los fumadores en la actualidad somos individuos perseguidos e indeseables, herejes, condenados al ostracismo. Nuestro precursor fue sin lugar a dudas el marino Rodrigo de Jerez quien viajo con Cristóbal Colón en su primer viaje. A Europa regresó en la Niña  fumando unas hojas secas, tal y como había visto hacer a los nativos de la isla de Guanahaní. Al verlo regresar con esos humos, la Inquisición le encerró durante siete años.

Sin embargo, el hábito se puso de moda y en el siglo XVI el fumar había sido adquirido por todo tipo de clases sociales, distinguiendo la pipa entre las más elevadas y el rollo de hojas como precursor del cigarro puro, entre las más populares. Al principio, fueron los frailes en las huertas cerradas de sus conventos los más entusiastas plantadores de tabaco, quienes lo utilizaban con fines ornamentales y medicinales. Así, el hecho de que el tabaco se cultivara preferentemente en estos lugares cerrados, llevó más tarde a dar el nombre de estancos a los comercios donde debía venderse.

Fumar el tabaco es dañino aunque la planta tiene otras virtudes que salen en su defensa; al respecto  José Martí, en su articulo "El tabaco", publicado en junio de 1884 por La América, de New York, divulgó algunas anécdotas sobre las propiedades medicinales de esta planta, relatadas por el general norteamericano Chingman, de Nueva Carolina. Este militar fue herido de un balazo en una pierna, bajo la rodilla, y al aplicarse hojas de tabaco, curó. En otra ocasión, durante un ataque de ciática, "se puso hojas de tabaco húmedas sobre la cadera, y desapareció el dolor".

El ilustre sabio cubano Juan Tomás Roig, quien en su Diccionario (...) expuso del tabaco que es "planta medicinal: es narcótico, purgante y antiparásito. Se le emplea comúnmente como insecticida, en decocción. Su principio activo es la nicotina, que se emplea como antitetánico y contra la parálisis de la vejiga.



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