sábado, diciembre 18

Eramos pocos y parió la abuela.

No satisfechos aún con todos los cambios que ocurren en nuestro entorno ya sean políticos, sociales, económicos y hasta el llevado y traído cambio climático, nos llega como regalo de reyes el cambio en nuestras viejas reglas de ortografía. Para los ilustres y renombrados miembros de la Real Academia de la Lengua Española nuestros problemas eran pocos y han decidido darnos un poco más. Desde sus relucientes y fastuosas butacas, nombradas cada una con una letra de nuestro abecedario han decidido que dada la gran diversidad de maneras de expresarnos en la lengua de Cervantes había que unificar criterios y hacer del castellano un monolito inquebrantable.
En resumen que de ahora en adelante podemos incurrir en faltas ortográficas y nos hace incapaces de revisar con nuestros hijos sus deberes escolares sin quedar en ridículo o entrar en controversias estériles. Lo más llamativo del asunto es que uno de los motivos de las molificaciones sea las diferencias existentes entre el castellano de España y el castellano de América. En nuestro caso y solo me refiero al lenguaje español o castellano que aprendieron nuestros padres y nosotros mismos en aquellas pequeñas escuelas del viejo Santiago y en Cuba en general en mi modesta opinión no dista nada en absoluto del que han estudiados mis hijos nacidos en España. Además puedo decir después de muchos años por estas tierras que no he encontrado en mis lecturas nada diferente a lo que una vez nos enseñaron nuestros maestros. Otra cosa es el significado de palabras o la jerga coloquial de los pueblos, pero si de ortografía hablamos, sera mejor o peor en lo personal, pero en su teoría es la misma. No obstante estos señores tienen el bastón de mando y a obedecer callados que donde manda capitán el marinero se calla. En las nuevas reglas lo primero es que nuestro abecedario entro también en crisis la ch y la Ll quedaron en paro técnico, y palabras como guión o truhán no llevan acento y la (y) dejo de ser griega ahora se llama (ye). Para lo cubanos, tan amantes de las reuniones ya no tenemos que preocuparnos por el quórum de asistencia- ahora es el cuórum-, nada que al paso que vamos un día nos enteramos que nacimos en Kuba.

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