jueves, febrero 4

Un recuerdo de todos.

Resulta agradable y enriquecedor el debate que se ha originado alrededor de la receta de las croquetas de La Dominica. Al margen de si es o no la original, el valor mas asumible es que después de 50 años todos las recordemos y con ello su calidad rebase el sentido gustativo y llegue a nosotros como parte de nuestra cultura culinaria mas auténtica, este es su verdadero secreto. Existe un sabio refrán que dice "Existen tantas recetas como cocineros haya". Un receta esta compuesta en teoría por un título del plato, unos ingredientes y una manera de elaborarlos, pero falta el recelo y el amor que cada uno ponga en el empeño de presentar un alimento con la mejor calidad. Lo mas sencillo de la cocina puede ser un huevo frito, pero no todos sabemos freír huevos. Hoy en la actualidad muchos negocios gastronómicos funcionan a través de franquicias, donde bajo esquemas prefijados se elaboran determinados platos, pero entre uno y otro restaurante podemos facilmente encontrar variación en el resultado. Seamos aun más simples, en un mismo local el sabor del café puede variar de un camarero a otro, con igual materia prima e igual cafetera, sencillamente la mano y ese toque variable de precisión modifica su calidad.

Hablar de croquetas resulta realmente difícil. Es uno de los platos presentes en las costumbre alimentarias de muchas culturas. No es atrevido considerar que se han elaborado croquetas de casi todo lo que se puede comer. El 18 de enero de 1817 el célebre cocinero francés Antonin Careme ofreció este plato en la celebración de un banquete en honor al gran Duque Nicolás de Rusia, convirtiéndose en adelante en un activo presente de fiestas y banquetes. En España nuestra cuna principal en lo que ha cocina se refiere, de donde sin lugar a dudas aprendieron los cocineros cubanos la croqueta es un alimento predilecto. Atendiendo a la posible utilización de recortería en la elaboración de las croquetas de la Dominica, puedo atestiguar que es una práctica muy común en los restaurantes españoles. Sin restar su mérito como plato, podemos decir que es un subproducto de la cocina muy rentable.
Es indiscutible que el cocinero o cocineros que nos deleitaban con las croquetas elaboradas en La Dominica conocían bien su oficio y ponían mucho amor en su quehacer. Estoy seguro que la receta que compartía con nosotros nuestro estimado amigo Evelio Carballo mas que eso, era una idea general de su proceso ya que no señala proporciones de ingredientes, y es de agradecer, toda vez que nos aproxima a un deseo que todos tenemos de probar algo aunque sea parecido a lo que nuestro recuerdo nos somete. Si puedo decir sin ánimo de polemizar que tuve conocimiento de este proceso por otras fuentes, y refiero proceso, cuando se habla de la utilización de recortería de embutidos y jamones mezclados con carne de res. Para la familia Angulo es un privilegio que hoy después de tantos años los Santiagueros en todos los confines de este mundo sigamos hablando de sus croquetas como algo nuestro. Sea secreto o no,es un recuerdo y eso si es de todos.

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