Las abejas son casi tan antiguas como el hombre o tal vez algo más. Descubrimientos arqueológicos nos permiten estimar que hace por lo menos 20 000 años que el hombre disfruta de las bondades de la miel. En una cueva cerca de la ciudad española de Valencia fueron descubiertas pinturas de la edad de piedra que representan a un hombre rodeado de abejas en el momento de extraer la miel. Hasta el siglo XV cuando aparece el azúcar era la única sustancia edulcorante conocida. Por empirismo nuestros antepasados descubrieron las diferentes propiedades de la miel; antisépticas, dietética, fortificantes, calmantes, laxantes, etc.
La abejas melíferas (Apis mellifera) fueron introducidas en Cuba con la cesión de la Florida de los españoles a los ingleses en 1766. Después de firmada la paz con Inglaterra, los españoles decidieron reasentar en el archipiélago a los habitantes establecidos en la Florida Oriental y así cada apicultor trajo consigo sus abejas en grandes recipientes. Siendo Cuba uno de los lugares con más variedad de plantas melíferas permitió un rápido avance de la producción de miel llegando a estar entre los primeros países exportadores. Recién creada la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas a principios del siglo XX se dedicó una sección al mejoramiento genético de las abejas con el objetivo de mejorar su adaptabilidad a nuestro clima, de todo este trabajo se obtuvo la abeja criolla que alguna que otra vez hemos visto o corrido ante su temida presencia.
El poder afrodisíaco de la miel es un tema especial que trataremos aparte. Cecilia Valdés aquella blanca mulata de Cirilo Villaverde la utilizaba como arma seductora, profundizaremos en el tema, ¿quizás sea interesante?. Leonardo de Gamboa puede que nos ayude.
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