jueves, agosto 13

Un amigo misterioso.



Este señor tan elegante no sale nunca de nuestras cocinas, su presencia es relativamente reciente, pero llegó y se quedó como ese pariente que viene solo por unos días. Sin él, nuestra vida fuera menos rápida. Su nombre Percy Le Baron Spencer, en realidad un desconocido para casi todos, pero gracias a él algunos podemos comer rositas o palomitas de maíz con más facilidad y ver las películas en casa como todo un general, y el jarro para calentar la leche ni hablar, ya no existe . En 1945 este Ingeniero trabajaba en un proyecto de tecnología de radares, cuando por casualidad como casi siempre ocurre se percató que una chocolatina que tenia en su bolsillo se derretía ante la presencia de un magnetrón(generador de alta frecuencia), algo ocurría y su curiosidad le llevo a poner maíz cerca del equipo y estas explotaron como en una sartén, era evidente que las ondas que emitía el equipo actuaban sobre los alimentos. Nacía el principio del microondas o microwave. Los primeros microondas eran enormes maquinas de dos metros y trescientos kilos de peso y fueron colocados en hoteles y restaurantes. Los avances tecnológicos y el desarrollo posterior condujeron a un horno de microondas evolucionado y al alcance de la cocina del consumidor. Sin embargo aparecieron mitos y desconfianzas acerca de las nuevas y misteriosas estufas electrónicas de radar de modo que se retrasó algo el florecimiento, aunque no por mucho tiempo. En los años setenta más y más gente encontró que las ventajas de cocinar con microondas compensaba los riesgos probables y al parecer nadie moría de envenenamiento, quedaba ciego, estéril ni impotente. En la época de su expansión las noticias sobre este artefacto llegaban a nuestros oídos como una película de ficción, nunca llegue a ver ninguno en el Santiago de entonces. Había una leyenda urbana que contaba el alboroto que se formo en la aduana de nuestro aeropuerto de Boyeros cuando alguien quería entrar con aquella cosa, que nadie sabia que era y al escuchar la explicación de su funcionamiento con ondas el pánico cundió, el resto interprételo usted.

1 comentario:

  1. Me creo lo que dices de que fliparían un poco en la aduana y creían que era algo parecido a una bomba atómica... aquí pasó lo mismo, casi durante la misma época con los preservativos jajjaaj... sin comentarios...
    Un pequeño secreto... el primer microondas que tuve fue el año pasado... mis padres también creen que es un artefacto extraño y antinatural para calentar la comida y a mi hermana y a mí se nos pegó un poco esa manera de pensar, ahora no sabría vivir sin él, el 90 por ciento de la comida que hay en casa acaba pasando por él...
    besinos¡¡¡

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