sábado, agosto 22

Cosas de la Prehistoria.

Foto. Calle 7 entre 10 y 12. Frente al policlínico del pueblo

Como dinosaurios carnívoros, representantes de una época lejana, rugen aun por las calles de Santiago estas máquinas que desafían el tiempo y perpetúan una especie en extinción. En su interior convergen tecnologías que en situaciones normales son inexplicables pero ponen en evidencia un ingenio paranormal. Un carro hoy en Cuba posee más diversificación de razas que cualquier organización internacional, un delco de aquí, un amortiguador de allá o una bujía de no se sabe donde. Pero en la unión esta la fuerza y ellos lo demuestran.

A finales del siglo XIX entró en la Habana el primer coche de motor. Poseía un cilindro y alcanzaba una velocidad de 12 km/hora. José Muñoz un cubano radicado en Francia retornó a su ciudad natal y con el traía un coche modelo Parisienne. Cundió el pánico entre los carros tirados por animales que poco a poco se vieron desplazados por nuevas maneras de moverse. Para 1919 ya Cuba era el primer importador de carros fabricados en Estados Unidos, y estaba dentro de los primeros países del mundo en la relación vehículo/habitante. Atrás comenzaron a quedar los primeros Ford T, de cuya publicidad comercial surgió el término Fotingo ( Ford T and go). En la década de los años cincuenta, por Cuba rodaban aproximadamente 143 mil automóviles, de ellos 95 mil en la capital.

En la calle 7 de nuestro Santiago me tope con este Tyrannosaurus rex, de 50 años de edad. Era perfecto en su especie, solo un pequeño problema se le podía señalar, carecía de marcha atrás, pero bueno se le perdonaba, en definitiva hay que echar palante y a pesar de su edad lo hacía de maravilla.

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